Por Jennifer Bilek

Desde 2019, Amazon ha irrumpido con fuerza en el ámbito de la atención sanitaria y parece estar preparándose para entrar en la industria farmacéutica. El gran negocio de la salud transgénero genera ya y promete enormes ganancias y el gigante tecnológico no quiere quedarse fuera. Quizás con esta perspectiva se entienda mejor su censura a los libros que advierten sobre los daños irreversibles de la ideología de las identidades. Un nuevo artículo de Jennifer Bilek sobre el negocio tras la doctrina generista.

Tras el bloqueo disimulado que hizo Amazon del libro de Abigail Shrier, Daño irreversible: la locura transgénero que seduce a nuestras hijas, sobre el contagio social del transgenerismo en mujeres jóvenes, el libro de Ryan Anderson, Cuando Harry se convirtió en Sally, fue directamente prohibido por el gigante tecnológico. El título, que anteriormente había figurado en la lista de los más vendidos de Amazon, ofrecía «respuestas reflexivas a las preguntas que surgen en este momento del transgenerismo que nos ha tocado vivir», además de «un enfoque equilibrado de las políticas públicas sobre la identidad de género».

El complejo industrial del transgenerismo, un libro de Scott Howard sobre la industria generista, fue prohibido por Amazon casi tan rápido como llegó a la plataforma en 2020, aunque parece haber hecho una reaparición. Esta semana, Amazon ha retirado temporalmente el libro Desistir, detransicionar y desintoxicar: cómo sacar a nuestros hijos de la secta generista, de Maria Keffler. Ni un aviso, ni un simple correo electrónico, tan solo una retirada inicial, seguida de una disculpa críptica y su reincorporación.

En febrero de este año, Amazon informó de que las políticas de la empresa cambiaron entre 2018-2021, en su intento de tachar el libro de Anderson de ofensivo por referirse a las identidades LGBTQ+ como enfermedades mentales. Anderson refutó esas acusaciones. La prohibición en sí misma es un ataque flagrante a la libertad de expresión, un ejercicio de la libertad que Amazon ha calificado de hiriente, aunque, por raro que suene, el Mein Kampf de Hitler no parece haber hecho méritos para figurar en la lista de los bloqueados por delitos de odio.

Amazon cuenta con el 80 % del sector del libro, por lo que un veto, un «baneo en la sombra», una eliminación de la plataforma con su posterior reincorporación puede mermar bastante los beneficios que obtienen los escritores con las ventas de libros, por no hablar del perjuicio a su reputación.

La pérdida forzada de ingresos y el daño a la reputación de un escritor, si se retiran sus libros, resultan atroces. Vetar libros va mucho más allá de lo atroz para adentrarse en un terreno ante el que deberíamos estar reaccionando.

Tras esta tiranía y este ataque claro a nuestros derechos, se oculta una realidad aún más tétrica: La identidad de género ha abierto nuevos mercados para el complejo industrial médico.

¿Qué sucedió entre la publicación de Cuando Harry se convirtió en Sally, su condición de best-seller y la posterior retirada del libro, mientras que otros libros sobre el tema de la industria generista también estaban siendo retirados y prohibidos en la sombra? Vamos a analizarlo.

Estos son algunos hitos del empuje de Amazon en el ámbito de la salud durante 2019 y hacia dónde van dirigidos.

* Al asociarse con JP Morgan Chase y Berkshire Hathaway, de Warren Buffett, Amazon ha puesto sus miras en hospitales y clínicas ambulatorias de Estados Unidos para convertirse en su principal proveedor de suministros médicos.

* Amazon es uno de los gigantes tecnológicos que más impacto está teniendo en la atención sanitaria y, gracias a su gran número de usuarios y vendedores, puede convertirse en un campo de pruebas muy fértil para futuras aplicaciones sanitarias.

* En marzo, Amazon realizó una inversión de 2 millones de dólares en el Beth Israel Deaconess Medical Center, con sede en Boston, para probar herramientas de inteligencia artificial.

* Amazon Web Services consolidó en diciembre su asociación de Next Gen Stats con la NFL para promover la salud de los jugadores. Con este acuerdo de colaboración se ha previsto utilizar la inteligencia artificial de AWS y el aprendizaje automático para proporcionar información sobre las lesiones de los jugadores y la forma en que el equipo, las reglas de juego y las estrategias de rehabilitación puede afectar a la salud de los jugadores.

Desde 2018 Amazon ha materializado varias asociaciones y grandes inversiones en el sector de la atención sanitaria, una estrategia que probablemente continuará en la próxima década. En 2018 compró PillPack por 753 millones de dólares para saltar al mercado de farmacias online. Creó Amazon Care, una clínica médica virtual para sus empleados. Más tarde, hizo una segunda adquisición y lanzó una start-up llamada Health Navigator, que proporciona tecnología y servicios a las empresas de salud digital que se fusionen con Amazon Care.

Con la adquisición de PillPack y el reciente lanzamiento de las habilidades de Alexa compatibles con la Ley HIPAA (Ley de portabilidad y responsabilidad de seguros médicos), los analistas especulan que Amazon se está preparando para irrumpir en la industria farmacéutica mundial, valorada en 934.800 millones de dólares, que ya permite a los consumidores pedir y rellenar recetas con la misma facilidad con la que compran ropa o juguetes en Amazon Prime, al tiempo que se crea un negocio farmacéutico a gran escala dentro de la infraestructura de Amazon.

No es sorprendente que, como la nueva industria de género está bien posicionada para crecer, Amazon se esté volcando con sus empleados transgénero (así como con su nueva base de consumidores de productos farmacéuticos), y haya creado una guía de prestaciones para empleados transgénero, los planes de salud de Aetna.

Los planes de salud de Aetna para empleados transgénero cubren los tratamientos médicos no quirúrgicos, como la «terapia» hormonal y la salud mental de los menores con «disforia de género» (se contemplan las intervenciones quirúrgicas a partir de los 18 años).

Y todo está cubierto: hormonas e intervenciones quirúrgicas para adultos, como doble mastectomía, resección de costillas, reconstrucción de pezones, escrotoplastia, penectomía, vulvectomía, orquiectomía, vaginectomía, etc. Amazon-Aetna también ofrece cobertura para cirugías generales relacionadas con el cambio de apariencia sexual: aumento de mentón, laringoplastia, liposucción, tiroplastia (reducción de nuez), reducción de huesos faciales, rinoplastia, lifting facial, etc. Todo pensado para el «empleado disfórico».

Amazon, con sus nuevas adquisiciones del sector sanitario, sin duda apuesta por la inversión en la medicina de la identidad, y si nuestro derecho constitucional a la libertad de expresión es el coste, que así sea.

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