El tribunal estatal de menores de Australia ha dictado orden de protección de una menor y ha acusado a sus padres de abusivos y potencialmente perjudiciales por no haber apoyado el tratamiento con testosterona para su hija de 15 años. La policía sacó a la niña del domicilio familiar cuando ésta amenazó con el suicidio.

Los padres han declarado que sabían que su hija se había sentido deprimida y que necesitaba ayuda, pero que querían que un psicólogo independiente considerara todas las posibles causas subyacentes, no sólo la disconformidad con el género, y que se estudiaran otras opciones no invasivas e irreversibles de tratamiento.

Según la madre, a los 13 años la niña, que había perdido a sus amigos tras cambiarse de domicilio, carecía de habilidades sociales, sufría de ansiedad por su imagen corporal, y había pasado momentos difíciles con el inicio de la pubertad.

Los abogados que representan a la adolescente han solicitado que se apruebe el inicio del tratamiento con testosterona.

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