Cuando se trata de tratamientos transgénero para niños y adolescentes, es esencial separar la realidad de la ficción. Eso es lo que hizo la doctora Miriam Grossman, en su testimonio en el Congreso de EEUU el 14 de junio. Como psiquiatra infantil en ejercicio, esbozó la verdad que los activistas transgénero tienden a ignorar, con el objetivo de orientar las políticas en una dirección que proteja a las niñas y niños.
Grossman testificó ante el Subcomité de Salud del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes. Dejó en claro desde el principio que este debate necesita desesperadamente una infusión de realidad, no más transactivismo radical:
“Estoy aquí hoy para brindarles hechos que no han escuchado. No los ha escuchado porque cuando se trata de disforia de género juvenil (ahora también llamada ‘transgenerismo’), el público y, lo que es más importante, los padres, lamento decirlo, reciben constantemente información errónea”.
Luego, la doctora Grossman discutió 7 verdades clave basadas en la ciencia y la evidencia, que contradicen directamente la información errónea difundida por los transactivistas:
- El suicidio de jóvenes con disforia de género es extremadamente raro.
- La disforia de género es una condición psiquiátrica. No hay evidencia establecida de una causa biológica. La mayoría de los casos se resuelven por sí solos, en la edad adulta joven.
- No hay evidencia de que los bloqueadores de la pubertad, las hormonas del sexo cruzado y las cirugías de género salven vidas o sean médicamente necesarias.
- Estados Unidos es cada vez más un caso atípico en el tratamiento de los jóvenes con disforia de género.
- Las autoridades sanitarias del Reino Unido, Finlandia, Suecia y Noruega ahora recomiendan la psicoterapia exploratoria como primera línea de tratamiento y han restringido severamente las intervenciones hormonales, reservándolas para casos excepcionales.
- Esos países han realizado revisiones sistemáticas y han llegado a la conclusión de que no se ha establecido el beneficio a largo plazo de las intervenciones médicas, mientras que el riesgo de daño es significativo.
- En los hospitales de EE. UU., se elimina la pubertad natural de los jóvenes adolescentes. Niñas tan jóvenes como de doce años se están haciendo mastectomías. Los menores también se someten a cirugías genitales. No tenemos evidencia a largo plazo del beneficio de estas intervenciones drásticas.
El testimonio completo de la doctora Grossman está disponible en YouTube.
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