Jonathan de Jesús Robaina, asesino de Vanessa Santana
Por Eva Lagunero
El pasado viernes 30 de mayo comenzó en Canarias el juicio contra Jonathan de Jesús Robaina Santana por el brutal asesinato en 2018 de su prima, Vanessa Santana, de 21 años, en Betancuria, localidad de Fuerteventura. La sorpresa ha sido que el acusado ahora se considera “una mujer” y se hace llamar Lorena.
Seguramente este juicio por un caso espeluznante de violencia machista no habría saltado a los medios si no fuera porque, a escasos dos días de haberse aprobado en Canarias la Ley Trans, que permite la autoidentificación de sexo, el asesino declaró en la vista que durante su estancia en prisión había iniciado el procedimiento de cambio de sexo y ahora se llama Lorena. En virtud de ello, ha asegurado que no sometió al cadáver de la víctima a actos sexuales porque es “una mujer” que quiere “estar con hombres”. Quienes conocen a Jonathan Robaina, como la prima de la asesinada, Nayara Alberto Padilla, sostienen, por el contrario, que «siempre ha sido un acosador de mujeres, con denuncias puestas por parte de chicas de la Península que acosaba vía internet» y que «de pequeño en la escuela también tuvo varios problemas con chicas».
La noticia ha suscitado una reacción en las redes sociales. Con el hashtag #EstoNoIbaAPasar, grupos feministas denuncian que, con la nueva ley, este hombre ahora autoidentificado como mujer puede, una vez condenado, pasar a ser internado en una cárcel de mujeres donde podría volver a las andadas y cometer abusos con las presas.
La ley trans aprobada recientemente en Canarias no contempla la retroactividad. Es decir, puesto que el delito fue previo a la autoidentificación del delincuente como mujer, se le puede aplicar la agravante de violencia machista. No obstante, la ley permite que sea transferido a una cárcel femenina una vez condenado en firme.
[…] ¿Es lícito ubicar en cárceles femeninas a varones que no han alterado su físico y simplemente declaran que son mujeres, tal como la ley permite? Es lo que la sociedad se pregunta y no sin motivos, y más cuando se trata de varones condenados por delitos de violación y asesinato machista. No obstante, ya que “Lorena” ha declarado que quiere “estar con hombres”, seguramente no le sería ningún agravio que lo enviaran a un módulo masculino.
En otros países donde las leyes de autodeterminación de sexo llevan más tiempo en vigor ha habido una notable transferencia de varones autoidentificados como mujeres a cárceles femeninas.
En 2019 había en las prisiones de Inglaterra y Gales 139 varones autoidentifcados como mujeres, el doble que en 2016, y se preveía que el número fuese en aumento. La mitad de ellos habían sido condenados por agresiones sexuales.
Una vez puestos en cárceles de mujeres, ha habido denuncias de presas de haber sido agredidas sexualmente.
[…] Si no se toman medidas preventivas, veremos más casos como el de Jonathan, alias Lorena. Y, peor aún, habrá varones que una vez autoidentificados como mujeres cometan delitos de violencia machista y por ello se libren de que se les aplique este agravante en sus sentencias, además de que su delito aparezca en las estadísticas como cometido por una mujer. El borrar el sexo de las estadísticas y poner en su lugar la “identidad de género” ha facilitado que en Reino Unido, por ejemplo, haya habido un incremento del 84% de mujeres que figuran como perpetradoras de violaciones y otros abusos sexuales.
Estos son algunos de los problemas derivados de las leyes de autoidentificación de sexo, que muchos grupos feministas están señalando. Este simple y razonable cuestionamiento de leyes que no se han sometido a referéndum el transgenerismo lo califica de “transfobia”, aunque nada tiene que ver el respeto a las personas trans con señalar fallas en las leyes que van supuestamente a proteger sus derechos.
En una reciente entrevista en Radio Insular sobre el caso de Jonathan Robaira alias Lorena, la vicepresidenta de Euforia/Colectivo de familias trans, Zaida García, en ningún momento ha cuestionado que este delincuente vaya a ser transferido a una cárcel de mujeres y ha denominado “feminismo tránsfobo” a los grupos que se oponen a esta medida, al menos para los delincuentes sexuales.
Zaida García ha dicho, además, que ella no puede decir si Jonathan era hombre o no cuando cometió el delito, que no se puede exigir a las personas trans que demuestren que lo son, porque si no se toma la misma medida con las personas que no son trans sería discriminación.[…]
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