Las terapias de conversión sobre gais y lesbianas ya no se aplican en Reino Unido. Por tanto, cualquier ley que prohíba la terapia de conversión debe tratar de resolver los problemas que existen hoy, no luchar simbólicamente contra batallas de ayer. Y abordar, propone la ong Sex Matters, los casos de menores, jóvenes y otras personas vulnerables que están siendo tratadas en un número creciente con intervenciones médicas, psicológicas y culturales que pretenden cambiar su sexo.

Se ha descrito la terapia de conversión como

«las intervenciones médicas, psiquiátricas, psicológicas, religiosas, culturales o de cualquier otro tipo que buscan cambiar, ‘curar’ o suprimir la orientación sexual y/o la identidad de género de una persona».

La reciente campaña para prohibir la terapia de conversión ha tendido a centrarse en ejemplos de abusos que tuvieron lugar hace más de 50 años, como éste que ocurrió en 1964 :

“Durante las citas, me llevaron a una habitación oscura y me ataron a una silla de madera. Los médicos me aplicaron dolorosas descargas eléctricas mientras proyectaban imágenes de mujeres en la pared frente a mí. Todavía recuerdo claramente el dolor de aquellos shocks y las lágrimas que corrían por mi rostro.”

Pero prácticas como esta ya no ocurren en el Reino Unido. Hoy en día, ni la sanidad pública ni ningún profesional regulado llevaría a cabo este tipo de acciones. Infligir violencia o lesiones corporales a una persona ya es un delito.

No hay pruebas de que las prácticas abusivas históricamente etiquetadas como «terapia de conversión gay» continúen hoy en día. En 2021 el gobierno publicó una investigación que había encargado a la Universidad de Coventry sobre la terapia de conversión en el Reino Unido. La revisión no encontró ningún estudio sobre terapia de conversión en el Reino Unido, ni ninguna prueba contemporánea de terapia de conversión en relación con la identidad de género. Sin embargo, en abril de 2022, Kay Burley preguntó al entonces secretario de Sanidad, Sajid Javid: «¿Es aceptable administrar una descarga eléctrica a alguien que siente que está en el cuerpo equivocado?».

Cualquier ley que prohíba la terapia de conversión debe tratar de resolver los problemas que existen hoy, no luchar simbólicamente contra batallas de ayer.

Lo que está ocurriendo hoy en el Reino Unido es que menores, jóvenes y otras personas vulnerables están siendo tratadas en un número creciente con intervenciones médicas, psicológicas y culturales que pretenden cambiar atributos fisiológicos o de otro tipo.

Muchos de estos jóvenes, aunque no todos, se sienten atraídos por personas de su mismo sexo y pueden verse arrastrados a este tratamiento porque sienten que su orientación sexual es inaceptable.

Cada vez más se prescriben a menores fármacos que detienen la progresión natural de la pubertad y hormonas de sexo cruzado que provocan el desarrollo de características sexuales secundarias del sexo opuesto. Algunos se someten a intervenciones quirúrgicas irreversibles para extirparles los pechos, los genitales o los órganos sexuales internos.

Medicación

No es ético impedir el desarrollo puberal natural de los y las menores hasta la edad adulta, a menos que existan razones excepcionales para hacerlo, como una enfermedad potencialmente mortal.

El uso de hormonas supresoras de la pubertad en la disforia de género no tiene un objetivo clínico claro. Los beneficios para la salud mental no están claros. Las revisiones sistemáticas de la evidencia realizadas por el National National Institute for Health and Care Excellence sobre la eficacia del tratamiento de la disforia de género en niños con bloqueadores de la pubertad y hormonas sexuales cruzadas no fueron concluyentes.

Lo que sí sabemos es que los bloqueantes de la pubertad reducen los niveles de hormonas sexuales. En los niños se reduce el tamaño de los testículos; en las niñas, se interrumpe la menstruación y se reducen las hormonas que desencadenan la ovulación. Los efectos secundarios incluyen aumento de peso, sofocos, cambios de humor, insomnio, cansancio y pérdida de memoria. Aunque se sabe menos sobre los resultados a largo plazo, hay efectos claros sobre el desarrollo corporal y la salud ósea. Aún no se conocen los efectos sobre el desarrollo cerebral, pero pueden ser negativos, y la adolescencia es claramente una época importante para el desarrollo cerebral.

Tomar bloqueadores de la pubertad seguidos de hormonas de sexo cruzado conduce a la infertilidad. Esto se debe a que espermatozoides y óvulos no habrán podido madurar. Casi todos los y las menores que toman que toman bloqueadores de la pubertad siguen un tratamiento hormonal, por lo que la infertilidad posterior es prácticamente inevitable.

La justificación inicial de los fármacos bloqueadores de la pubertad era, en primer lugar, que permitirían una «pausa» para que el menor tuviera tiempo de reflexionar sobre su identidad de género; en segundo lugar, que consiguieran la capacidad posterior de «pasar» por el sexo opuesto después de las hormonas y la cirugía. La revisión sistemática del NICE no tuvo en cuenta la legitimidad de estos objetivos. El hecho de que entre el 96% y el 98% de los niños que se someten a la supresión de la pubertad sigan con hormonas y otras intervenciones sugiere claramente que la pubertad en sí es importante para la resolución de la disforia de género en algunos (quizás la mayoría) de los menores que la padecen.

La Dra. Hilary Cass, que ha estado llevando a cabo una revisión de la medicina de género infantil en el NHS, ha pedido un modelo de servicio fundamentalmente diferente para menores con disforia de género. Sin embargo, existe el riesgo de que más niños accedan a servicios privados y públicos débilmente regulados así como online.

No se ha realizado una revisión de evidencia similar para medicamentos o cirugía en adultos.

Cirugía

Algunos pacientes adultos se someten a intervenciones quirúrgicas.

En el caso de las mujeres, esto incluye

– mastectomías dobles (extirpación de ambas mamas), lo que significa que perderán la función sexual de las mamas y no podrán amamantar.

– Histerectomía (extirpación del útero): no podrán menstruar ni quedarse embarazadas.

– salpingooforectomía (extirpación de ovarios y trompas de Falopio), lo que significa que serán estériles

– Vaginectomía (extirpación de la vagina): imposibilidad de mantener relaciones sexuales con penetración.

– faloplastia (creación quirúrgica de un pene artificial enrollando una sección de piel y tejido de otra parte del cuerpo para darle forma de pene y fijación a la ingle).

– metoidioplastia (creación quirúrgica de un pene artificial a partir de un clítoris agrandado con testosterona)

– escrotoplastia e implantes testiculares (creación quirúrgica de una bolsa escrotal artificial).

Para los hombres incluye

– implantes mamarios

– cirugía de feminización facial (alteración de los tejidos óseos y blandos de la cara y el cuello)

– orquidectomía (extirpación de los testículos), lo que significa que serán estériles

– penectomía (extirpación del pene), lo que significa que no podrán mantener relaciones sexo con penetración

– vaginoplastia (creación de una cúpula vaginal recubierta con la piel del pene).

Una persona que se somete a tratamientos médicos o quirúrgicos puede sentirse satisfecha con los resultados de sus modificaciones corporales y estar satisfecha de haber tomado decisiones tras haber sido plenamente informada de las implicaciones.

Pero cada vez hay más pruebas de pacientes cuyo tratamiento no ha cumplido este objetivo. Estos pacientes pueden:

– haber tomado decisiones siendo demasiado jóvenes o vulnerables

– haber tenido problemas de salud mental que no se abordaron

– haber actuado debido a una homofobia o misoginia interiorizadas

– haber tomado decisiones basadas en expectativas poco realistas, como que con las hormonas o la cirugía podrían cambiar realmente el sexo.

– haber tomado decisiones basadas en una tergiversación de la ley que sugiere que otras personas pueden ser obligadas por ley a aceptar que son del sexo opuesto

– No haber recibido información completa sobre los efectos del tratamiento (por ejemplo, sobre la fertilidad y la función sexual adulta) o han sido demasiado jóvenes para comprenderlo.

Estos pacientes deben considerarse víctimas de una forma moderna de «terapia de conversión».

Legislación

¿Cómo sería una ley contra la terapia de conversión moderna?

La legislación sugerida debería redactarse para cumplir los siguientes objetivos políticos:

– Prohibir todo tratamiento médico o quirúrgico en menores para modificar sus características sexuales.

– Prohibir el tratamiento médico o quirúrgico de cualquier persona a la que no se le hayan explicado todas las implicaciones del tratamiento.

– Tipificar como delito específico el hecho de no proporcionar información adecuada y garantizar el consentimiento informado.

– Tipificar como delito llevar a un menor al extranjero para eludir la prohibición de la terapia de conversión moderna.

La legislación podría seguir el modelo de las leyes contra la mutilación genital femenina y las pruebas de virginidad. […]

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