Entrevista por Laura Rivas, Red LGB.

Fred Sargeant tiene 72 años. Policía jubilado y veterano del movimiento de liberación gay y lésbico de EE UU, el 28 de junio de 1969 fue testigo del estallido de los disturbios frente al Stonewall Inn en Nueva York, y jugó un papel crucial durante los meses siguientes en el activismo político que transformaría la rabia de los disturbios en un movimiento social histórico. Fue militante del Homophile Youth Movement (Movimiento de Juventud Homófila) y uno de los cuatro organizadores (dos hombres y dos mujeres) del primer Orgullo de la historia, el de Nueva York de 1970.

Sargeant declara que, a día de hoy, la historia lésbica y gay está siendo tergiversada. Cree que las grandes organizaciones LGBT dan un excesivo protagonismo a personas que hoy denominan transgénero como Marsha P. Johson o Sylvia Rivera en detrimento de gays y lesbianas como Stormé DeLarverie, lesbiana negra que, como afirman Sargeant y otros testigos, fue quien incitó el inicio de los disturbios de Stonewall.

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Me di cuenta de que, con los estereotipos sobre las mujeres que promueven las personas transgénero, esto era parte de un esfuerzo para silenciar a las mujeres dentro del LGB y conseguir ponerse a los hombres de su parte. Muchos hombres en el movimiento LGB creo que son defensores de los “derechos” de los hombres: apoyan a las mujeres transgénero porque son hombres. Esa es su motivación. Son hombres unidos entre sí. Para mí, eso no es un movimiento inclusivo.

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Con todo el borrado lésbico que estamos observando, la otra cara es lo que ahora se llama ‘tratamiento afirmativo’. Hay mujeres jóvenes que mientras crecen están recibiendo el mensaje de que se encuentran en el cuerpo equivocado. Y ellas están siendo el principal blanco de recetas de hormonas, que tienen consecuencias irreversibles, y operaciones quirúrgicas que realmente son mutilaciones de sus cuerpos. No puedes convertirte en hombre quitándote los pechos. No se puede construir un pene, no se puede construir una vagina. Estos son órganos innatos a cada sexo. Y los sexos son dimórficos; no existe un espectro de sexos. Y son las mujeres jóvenes el principal blanco, porque estamos viendo que los hombres jóvenes no se operan en igual medida, y en ocasiones ni siquiera se molestan en tomar las hormonas: se ponen un vestido y un poco de maquillaje, y dicen “soy una mujer”.

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