Los hombres que se autoidentifican como mujeres condenados por violencia o los que conserven genitales masculinos no podrán ingresar en cárceles de mujeres, según las nuevas normas que entrarán en vigor el lunes. El Ministerio de Justicia (MoJ, en inglés) endurece su postura, lo que significa que no sólo las personas transfemeninas condenadas por agresiones sexuales, sino también las encarceladas por violencia, ya no podrán ser recluidas en prisiones ordinarias de mujeres.

Los delitos violentos incluirán asesinato, intento de asesinato, lesiones a menores, agresión con intención de causar daños graves o con lesiones, poner en peligro la vida y acoso.

Las nuevas normas incluirán a todas las personas transfemeninas con genitales masculinos y se aplicarán con independencia de que los reclusos trans tengan o no un certificado de reconocimiento de género.

Según el Ministerio de Justicia, las excepciones sólo se concederán en casos concretos y deberán contar con la firma de los ministros.

Las medidas se adoptan tras la polémica suscitada en Escocia por la decisión de enviar a Isla Bryson, un recluso trans autoidentificado como mujer declarado culpable de violar a dos mujeres antes de cambiar de sexo, a la prisión femenina de Cornton Vale.

El gobierno escocés dio marcha atrás tras las protestas y ha puesto en marcha una revisión de sus normas.

Dominic Raab, Secretario de Justicia y Viceprimer Ministro, declaró: «La seguridad debe ser lo primero en nuestras prisiones, y esta nueva política establece un enfoque claro y de sentido común para el alojamiento de presos trans.

«Con estas nuevas y sensatas medidas en vigor, los delincuentes trans que hayan cometido delitos sexuales o violentos o conserven genitales masculinos no cumplirán su condena en una cárcel de mujeres, a menos que se apruebe explícitamente al más alto nivel».

La doctora Kate Coleman, directora de Keep Prisons Single-Sex, una asociación que lleva tiempo presionando al Ministerio de Justicia para que establezca normas claras sobre los presos trans, declaró a The Telegraph: «Esta nueva política marca un nuevo rumbo por parte del Ministerio de Justicia. Refleja el riesgo real y demostrado que corren las mujeres encarceladas cuando se aloja con ellas a delincuentes masculinos».

«Es un paso positivo en la dirección correcta y espero que veamos un movimiento similar en todo el sistema de justicia penal».

Hay unas 230 personas transgénero en prisión, de las cuales más del 90% son hombres que se autoidentifican como mujeres alojados en prisiones de hombres. La mayoría nunca ha solicitado el traslado a cárceles femeninas.

Según las normas actuales, no hay obligación de ubicar a un preso transgénero según sus preferencias. El lugar de reclusión se basa exclusivamente en el riesgo evaluado por los jefes de prisiones y los psicólogos.

Según las estadísticas del Ministerio de Justicia de marzo de 2022, 187 personas transgénero declararon que su género legal era masculino y 43 femenino. De ellas, 181 estaban en prisiones masculinas y 49 en cárceles femeninas. Seis hombres que se autoidentifican como mujeres estaban en cárceles de mujeres.

El enfoque de Inglaterra difiere del de Escocia

El enfoque del Ministerio de Justicia difiere del de Escocia. En Inglaterra y Gales, los hombres que se autoidentifican como mujeres sólo pueden ser recluidos en una cárcel de mujeres si una evaluación de riesgos realizada por una Junta de Casos Complejos indica que es seguro hacerlo.

En Escocia, se presume que serán recluidos de acuerdo con su identidad de género autodeclarada, a menos que haya algún motivo de preocupación por el riesgo.

Cinco de los 11 hombres autoidentificados como mujeres recluidos en prisiones escocesas (el 45%) están recluidos en cárceles de mujeres. Tras la polémica sobre Isla Byron, el gobierno escocés suspendió cualquier traslado de personas trans a centros penitenciarios de mujeres condenadas por delitos violentos o sexuales, a la espera de formular una nueva política.

El endurecimiento de las normas se produce tras el escándalo protagonizado por un recluso autoidentificado como mujer que agredió sexualmente a otras presas tras ser trasladado a una cárcel de mujeres en 2018. Karen White, una mujer trans, estaba en prisión preventiva por múltiples violaciones y otros delitos sexuales contra mujeres cuando se le trasladó a la prisión de New Hall, cerca de Wakefield.

Entonces se supo que, tras ser el traslado a la prisión femenina, se le acusó de cuatro agresiones sexuales contra otras reclusas entre septiembre y noviembre del año pasado, antes de que se le trasladara de nuevo a una cárcel de hombres.

Las solicitudes de Freedom of Information (el equivalente al Portal de Transparencia en el R.U.) revelaron posteriormente que siete de las 97 agresiones sexuales en cárceles femeninas entre 2016 y 2019 implicaban a personas reclusas trans, de las cuales seis eran hombres que se autoidentificaban como mujeres.

Los reclusos que se autoidentifican como mujeres que no pueden ser alojados de forma segura en una cárcel de hombres pueden ser encarcelados en una unidad especializada.

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