Continúan las investigaciones de Jennifer Bilek para destapar las conexiones de multimillonarios como la familia Pritzker con el negocio tecnomédico, el culto que niega la realidad material del sexo, medica a menores sanos y convence a los adultos de que la intrusión de la tecnología médica en el cuerpo es un movimiento progresista de derechos humanos.
La Dra. Christy Olezeski, que promocionaba la clínica de género de la Universidad de Yale en Twitter la semana pasada, sonríe a la cámara y habla con los ojos muy abiertos y un suave tono de voz sobre el ataque médico a los órganos sexuales saludables de los niños. Está sufriendo un caso profundo de adoctrinamiento de culto, promovido por élites que impulsan en la sociedad una ideología demente de disociación de la realidad sexuada.
Yale Pediatric Gender Program director says she treats kids as young as THREE on their “gender journey” including medical intervention
pic.twitter.com/WoCrr9Utnb— Libs of TikTok (@libsoftiktok) August 18, 2022
La doctora Olezeski es profesora asociada de Psiquiatría en la Universidad de Yale y directora y cofundadora de su «programa de género», un bonito eufemismo para las clínicas que atacan médicamente el sexo saludable de niños y adultos jóvenes. Los clientes del programa de género de Yale, dice, tienen entre 3 y 25 años. Su manera arrogante al discutir esta barbarie solo es superada por la ausencia de la palabra disforia. Ella habla de «individuos de género expansivo», aquellos que se identifican como «transgénero» o «no binarios» y aquellos que hacen un «viaje de género».
Durante una década, el lobby transgenerista (también conocido como élites que invierten en el complejo tecno-médico) ha estado promoviendo la idea de que hay personas (y niños) con molestias tan intensas en el cuerpo que no tienen más remedio que mutilar sus órganos sexuales con drogas y cirugías, proporcionándoles facsímiles sintéticos de genitales humanos, un mercado ahora floreciente.
De repente, ya no se habla de personas con disforia de género sino de expresiones, de un viaje y de personas (y niños) con sentimientos expansivos sobre su «género».
La comunidad psiquiátrica ha sido comprada por enormes cantidades de dinero de multimillonarios que invierten en las industrias tecno-médica y biotecnológica, impulsando un culto religioso a través de los medios de comunicación y todas nuestras instituciones.
La Fundación Arcus, la organización no gubernamental LGBT más prominente de Estados Unidos, fundada por Jon Stryker en 2000 y financiada por sus acciones en Stryker Medical Corporation, de la que es heredero, ha realizado grandes cambios en la Asociación Americana de Psicología, que promueve el trabajo de la doctora Olezeski, mediante diversas donaciones y de la creación de «especialidades de género». La familia Pritzker ha seguido una trayectoria similar de financiación de la industria psiquiátrica mediante importantes contribuciones filantrópicas a los departamentos de psiquiatría de las universidades estadounidenses. Estos departamentos psiquiátricos trabajan conjuntamente con las «clínicas de género» de las universidades.
En 2021, John y Lisa Pritzker donaron $60 millones a la Universidad de San Francisco, California, (USFC) para un nuevo edificio psiquiátrico de última generación. El edificio permitirá la investigación colaborativa y la atención clínica entre los miembros de los departamentos de pediatría, neurología, radiología, neurocirugía, psiquiatría, anestesiología y obstetricia/ginecología de la Universidad, todo bajo un mismo techo. También cuenta con un Centro para Niños, Adolescentes y Familias que brindará un ambiente acogedor para que los jóvenes visitantes se sientan más cómodos mientras reciben atención de salud mental de primer nivel. UCSF también tiene un centro de atención “transgénero”.
La Universidad de Michigan tiene un departamento de neuropsicología que lleva el nombre de Pritzker y una clínica de género.
El Programa de Desarrollo de Género y Sexo en Lurie Children’s Hospital abrió sus puertas en Chicago en 2013 con una donación de $500,000 a $1 millón de dólares de Jennifer Pritzker (el esposo de Jean «Gigi» Pritzker, otra prima, forma parte de la junta directiva de Lurie). El Departamento de Psiquiatría y Salud del Comportamiento de Pritzker en Lurie se lanzó con una donación de $ 15 millones de la Fundación Pritzker en 2019 y recibió otros $ 6,45 millones en 2022 para abordar «preocupaciones sobre las consecuencias de salud mental para niños y adolescentes derivadas de la pandemia de COVID».
¿Cómo podemos competir con este nivel de propaganda que está cambiando las mentes de los jóvenes y creando líderes de culto a partir de los profesionales de la industria médica?
JB Pritzker , gobernador de Illinois y primo de Jennifer Pritzker, lanzó una iniciativa de salud conductual infantil (salud mental pediátrica) en marzo de este año y propuso una iniciativa de financiación de salud mental de $140 millones para Chicago.
Jeanne Pritzker, casada con el hermano de JB, Anthony, es psicóloga en formación en UCLA. Ella y su esposo establecieron la Beca Familiar Anthony y Jeanne Pritzker para apoyar a los estudiantes de medicina en la Escuela de Medicina David Geffen de la UCLA. La Sra. Pritzker es miembro de la Junta de Visitantes de la Escuela Geffen, afiliada a un hospital infantil que lleva el nombre de Mattel. El «programa de género» de la escuela adapta sus «tratamientos médicos de género» al » sentido interior de sí mismos » de adultos y niños .
La Dra. Olezeski, al igual que otros médicos psiquiátricos y pediátricos, está siendo manipulada para servir a una agenda más extensa impulsada por millones de dólares provenientes de élites, invertidos en el complejo tecnomédico del que probablemente ella no esté al tanto. Ella está atrapada en el bucle de adoctrinamiento de este nuevo culto tecnorreligioso, como gran parte de la nación, que prepara a la gente para que crea que disociarse de nuestra realidad sexuada es solo otra forma de ser humano. Ella no es menos culpable por promover atrocidades médicas que los de la familia Manson, corriendo de puerta en puerta, masacrando a sus víctimas. Ella es un peón adoctrinado en una industria que se propone cambiar la forma en que nos consideramos a nosotros mismos como seres humanos.