Preguntar por los pronombres no es algo que ocurra en Costa de Marfil. Pero en Internet, como estoy conectada con el mundo, me han preguntado varias veces por mis pronombres e incluso me han hecho pasarlo mal cuando he expresado que me ofende la pregunta. ¿Por qué? Pues porque siento que se me niega mi condición de mujer sin más cada vez que me hacen la pregunta.
La gente que me pregunta por mis pronombres seguro que no lo hace con maldad, pero no puedo evitar sentirme como me siento. Muy incómoda. Y no soy la única que se siente así.
¿Y por qué te ofende una pregunta tan sencilla? No tienes más que decir tus pronombres y a otra cosa. Así solo demuestras lo intolerante que eres.
Pues porque siento que se me niega mi condición de mujer sin más cada vez que me hacen la pregunta.
La mayoría de las veces es muy fácil diferenciar a un hombre de una mujer. ¿Cómo puede alguien preguntarme si soy una mujer cuando es obvio que lo soy?
Mi condición de mujer ha marcado la mayor parte de mis experiencias, de mi vida y de mi lucha. Dar a entender con esta pregunta que a lo mejor no soy una mujer es insultante.
Es muy hipócrita que la gente haga como que no sabe lo que soy si no lo pone en mi biografía.
La sociedad no pregunta a las niñas qué son antes de hacerlas vivir un infierno por su sexo al nacer.
La mayoría de nosotras, en muchos lugares del mundo, no podemos decidir dejar de ser mujeres sin más porque desde que nacemos (a veces incluso antes de nacer) nuestro cuerpo siempre nos hará experimentar una vida de mujer.
La sociedad no pide los pronombres a las chicas que mutila.
No preguntan al feto sus pronombres antes de practicar un aborto selectivo por su sexo.
No preguntan los pronombres a las chicas a las que casan contra su voluntad.
No preguntan los pronombres de las mujeres a las que discriminan y aíslan por tener el periodo. No preguntan los pronombres a las chicas a las que aplastan y golpean las mamas porque si no atraerían a los chicos.
No preguntan los pronombres antes de decidir que no van a escolarizar a una niña solo por ser mujer.
Lo hacen porque ven que somos «mujeres». Lo hacen porque hemos nacido así y el cambio de pronombres no puede hacernos escapar de ese trato.
Cuando las redes sociales eliminan mi cuenta por una foto en topless, no me preguntan los pronombres.
No puedo ir por la calle de noche, emborracharme cuando me voy de fiesta, porque sé que antes de violarme no me preguntarán por mis pronombres.
No me preguntan mis pronombres antes de acosarme cuando salgo sin sujetador.
No me preguntan mis pronombres antes de llamarme asquerosa, sucia, fea cuando publico una foto en la que se me ve el vello de las axilas. Y no le preguntan por sus pronombres a ese hombre al que llaman sexy y viril por la misma foto.
No me preguntan mis pronombres antes de negarse a pagarme lo mismo que a los hombres.
No me preguntan mis pronombres antes de juzgarme por mi comportamiento sexual.
No me preguntan mis pronombres antes de someterme a unos estándares de belleza muy forzados.
No me preguntan mis pronombres antes de negarme derechos reproductivos.
No me preguntan mis pronombres antes de abusar de mí en todos los aspectos de la vida. En el hospital, en casa, en el trabajo, en la calle, en el transporte público, en el colegio...
No me preguntan mis pronombres antes de decidir qué papel se supone que tengo que desempeñar en esta sociedad e intentan que sienta vergüenza cuando quiero escapar de él.
No me preguntan mis pronombres antes de hacerme pasar por un montón de injusticias.
Hoy he podido sentirme orgullosa de ser mujer, algo que tanto odiaba antes por la experiencia a la que se vincula. Así que no dejaré que la misma sociedad que me hace vivir un infierno por ser mujer finja hipócritamente que no sabe que soy una mujer.
A algunas personas les ofende que no les pregunten sus pronombres, ¿verdad? ¿Cuál es la solución? No la tengo. ¿Pero sabéis qué? Que mis sentimientos son tan válidos como los suyos.
* Laetitia Ky es artista y feminista radical africana. @laetiky