El traslado de un recluso con cuerpo de hombre a una cárcel de mujeres, independientemente de que se autoidentifique como mujer, tendrá que ser autorizado expresamente por el gobierno. Se espera que el Secretario de Justicia, Dominic Raab, anuncie que los reclusos transgénero con genitales masculinos no podrán cumplir su condena en prisiones femeninas sin el visto bueno ministerial.
Esta política significará que los ministros tendrán que aprobar cualquier traslado de un recluso con genitales masculinos a una cárcel de mujeres, independientemente de que se autoidentifique como mujer.
Un portavoz del Ministerio de Justicia dijo: «Si bien no se han confirmado agresiones sexuales llevadas a cabo por mujeres trans en dependencias femeninas desde 2019, la seguridad de quienes están bajo nuestra tutela es una prioridad absoluta».
«Habiendo revisado recientemente las disposiciones en julio, el Secretario de Justicia ha ordenado cambios para que los prisioneros transgénero con genitales masculinos no sean alojados con mujeres en las prisiones estatales femeninas, a menos que esté específicamente firmado por un ministro.
Una vez sea confirmado por el nuevo Gobierno en septiembre, se aplicará lo antes posible».
[…] La adecuada gestión de las personas transgénero en el ámbito penitenciario se ha convertido en una cuestión cada vez más destacada en los últimos años, debido al significativo aumento del número de reclusos trans.
El pasado mes de noviembre, The Telegraph informó de que 197 presos que cumplían condena en Inglaterra y Gales se identificaban como transgénero en 2021, un aumento del 21% respecto a los 163 de 2019.
En una categoría separada están los delincuentes que poseen un Certificado de Reconocimiento de Género (GRC, por sus siglas en inglés), el documento que reconoce legalmente su cambio de sexo registral.
De los 197 presos que viven como personas del sexo opuesto en la cárcel, pero que no han cambiado legalmente su sexo en el Registro, la abrumadora mayoría eran individuos con cuerpo masculino que se identifican como mujeres, según las cifras.
En 2016, cuando se recogieron los datos por primera vez, 70 presos se identificaron como transgénero. Esta cifra aumentó a 125 en 2017 y a 139 en 2018. En 2020 no se recogieron datos debido a la pandemia.
Si el Gobierno introduce esta nueva medida, podría enfrentarse a desafíos legales.
El verano pasado, el Alto Tribunal dictaminó que era legal alojar a varones transfemeninos en recintos penitenciarios femeninos.
Una reclusa interpuso un recurso contra el Ministerio de Justicia por permitir que reclusos cumplieran su condena en una prisión que se correspondía no con su sexo sino con su identidad de género sentida.
Los abogados que representaban a la mujer alegaron que alojar a varones autoidentificados como trans con antecedentes de violencia sexual en prisiones femeninas ponía a otras reclusas en riesgo de sufrir agresiones sexuales.
Pero dos jueces del Alto Tribunal consideraron que, aunque pudiera parecer «inapropiado e incongruente» que un recluso trans, posiblemente con un «físico masculino y genitales masculinos», fuera encarcelado en una prisión de mujeres, el Gobierno tenía controles para reducir cualquier riesgo.
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