La portavoz de FiLiA, Raquel Rosario Sánchez,  entrevistada por la periodista costarricense Ivannia Salazar

Nos involucramos en el conflicto de los derechos basados en el sexo y las propuestas respecto a la autoidentificación de sexo porque reconocimos que, por medio de estas políticas, se perjudicaba algo por lo que las mujeres en Inglaterra batallaron arduamente y durante décadas. Notamos también, que por medio de la promoción de la estas propuestas legislativas, se estaba normalizando una misoginia peligrosa y prácticas antidemocráticas.

¿Por qué creen que finalmente fracasó el intento de modificación de la Ley de Reconocimiento de Género del 2004 en Reino Unido?

RRS: En Inglaterra, la ley reconoce los derechos basados en el sexo, la discriminación por sexo y la necesidad de espacios exclusivos para mujeres, bajo determinadas circunstancias. El intento de eliminar esas tres conquistas feministas ha fracasado porque las mujeres alrededor del país se alzaron en defensa de estos derechos.

Nuevos grupos surgieron, similar a como Contra el Borrado de las Mujeres ha surgido en España.

Mujeres de todos los estratos sociales, en toda su diversidad, participaron en una multitud de acciones para defender sus derechos: sostuvieron reuniones para concientizar sobre los peligros de las propuestas del gobierno, persistieron hasta agendar reuniones con las instituciones pertinentes, escribieron artículos detallando el problema, alertaban a sus familiares y compañeras de trabajo… Se convirtió en una avalancha que no se pudo detener, incluso en medio de un clima altamente hostil donde cada mujer que alzaba la voz era difamada y amenazada muchas veces con violencia. Pero la voz conjunta de tantas mujeres alerto a la sociedad e incidió en la opinión pública.[…]

Cuando el gobierno conservador de Theresa May elaboró sus propuestas solo consultó con el colectivo trans, e intentaron aprobar sus modificaciones a la Ley de Reconocimiento de Género del 2004 sin que nadie se diera cuenta.

Pero las mujeres que se activaron en este tema formaron sus propias organizaciones feministas y al final hicieron tanto ruido que el gobierno no tuvo más alternativa que escuchar esas voces.

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