Suecia se convierte en el primer país que deja de utilizar el «protocolo holandés» para tratar a los menores con disforia de género por la preocupación de que se estén produciendo daños médicos El Hospital Karolinska de Suecia ha emitido recientemente una declaración sobre la nueva política relativa al tratamiento de los menores con disforia de género en su división de servicios pediátricos de género.
Esta política, que entró en vigor en abril de 2021, puso fin a la práctica de prescribir bloqueadores de la pubertad y terapia hormonal cruzada a los menores de 16 años. La intervención hormonal en jóvenes de 16 a 18 años sigue estando permitida, pero solo puede darse en entornos de investigación aprobados por el comité de revisión ética de Suecia, tras un consentimiento informado exhaustivo que ponga de manifiesto los importantes riesgos e incertidumbres de los tratamientos hormonales y que tenga en cuenta el nivel de madurez del menor y su capacidad para dar un verdadero consentimiento informado.
Este es un momento decisivo. Suecia es el primer país que deja de seguir explícitamente el protocolo holandés, por el que se permite la administración de bloqueadores de la pubertad a los 12 años (y, cada vez más, a los 8-9 años, en la fase temprana de la pubertad conocida como Tanner 2) y de hormonas cruzadas a los 16 años.
También es el primer país que se aparta oficialmente de las directrices de la World Professional Association for Transgender Health (WPATH). Esta asociación se ha posicionado durante mucho tiempo como la autoridad mundial en materia de salud transgénero. Sin embargo, en los últimos meses, las autoridades sanitarias de varios países han realizado su propia revisión de la evidencia y han considerado que esta es insuficiente para justificar las intervenciones médicas tempranas que promueven las directrices de la WPATH.
La nueva política de Suecia es acorde a las directrices que Finlandia ha revisado hace poco tiempo y que se modificaron para dar prioridad a las intervenciones psicológicas y su correspondiente apoyo en lugar de las intervenciones médicas, especialmente en el caso de los y las jóvenes sin antecedentes de disforia de género en la infancia (actualmente la presentación más común). En el Reino Unido también se están produciendo cambios significativos tras una sentencia del Tribunal Superior de Justicia, que consideró experimentales las intervenciones hormonales en menores y advirtió de que los menores rara vez son capaces de dar un consentimiento verdaderamente informado en el caso de intervenciones con consecuencias tan profundas y para toda la vida. El NHS (Servicio Nacional de Salud) ha suspendido recientemente el inicio de las intervenciones hormonales a menores de 16 años. La decisión está actualmente en proceso de apelación, con una audiencia prevista en junio de 2021.
En EE. UU., el debate sobre el tratamiento de los y las menores con disforia de género se ha politizado, y algunos estados han introducido leyes que prohíben el uso de diversas intervenciones hormonales en menores, mientras que otros están estudiando la legislación para prohibir las modalidades de tratamiento psicológico para la disforia de género.
A medida que aumenta la concienciación internacional sobre la baja calidad de la evidencia en cuanto a los beneficios y los posibles daños de las intervenciones médicas en los menores con disforia de género, se espera que el foco de atención se desplace hacia las opciones no invasivas destinadas a aliviar el malestar, como la inclusión de tratamientos y apoyo psicológico éticos.
A continuación, se incluye el anuncio original sobre la nueva política en el que se ha basado la SEGM para la redacción de este artículo, así como una traducción no oficial:
Cambio de política en relación con el tratamiento hormonal de menores con disforia de género en el Hospital Infantil Tema Barn – Astrid Lindgren.
Antecedentes
El tratamiento hormonal de niños, niñas y adolescentes con disforia de género puede consistir en un tratamiento bloqueador de la pubertad iniciado al comienzo de la misma y en hormonas cruzadas iniciadas a los 16 años. Estos tratamientos son controvertidos y recientemente han sido objeto de mayor atención y escrutinio tanto a nivel nacional como internacional. En diciembre de 2019, la Agencia sueca para la evaluación de la tecnología sanitaria y los servicios sociales (SBU) publicó un resumen de la base de conocimientos que mostraba una falta de evidencia, tanto de las consecuencias a largo plazo de los tratamientos como de las razones de la gran afluencia de pacientes en los últimos años. Estos tratamientos pueden acarrear amplias e irreversibles consecuencias adversas, como enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, infertilidad, aumento del riesgo de cáncer y trombosis. Esto hace que sea difícil evaluar el riesgo/beneficio para cada paciente, y aún más difícil que los menores y sus tutores estén en condiciones de adoptar una postura informada respecto a estos tratamientos.
Un caso judicial de gran repercusión en Gran Bretaña arrojó luz sobre esta cuestión. En la sentencia emitida el 1 de diciembre de 2020 se recogieron los problemas generales asociados al tratamiento de bloqueo de la pubertad. Asimismo, la sentencia establece específicamente que es muy poco probable, si es que es posible, que una persona menor de 16 años dé su consentimiento informado para este tratamiento. Entre los 16 y los 18 años, se considera aconsejable solicitar la aprobación del tribunal antes de iniciar el tratamiento hormonal, ya que este debe considerarse experimental. A raíz de esta sentencia, el NHS (Servicio Nacional de Salud británico) puso fin al inicio de tratamientos hormonales en nuevos casos de menores de 16 años, al tiempo que recomendó una revisión exhaustiva de los tratamientos en curso. Para pacientes de entre 16 y 18 años, se recomienda que el médico reciba aprobación judicial antes de iniciar el tratamiento con hormonas cruzadas.
Decisiones ejecutivas
- A la luz de lo anterior, y basándose en el principio de precaución, que debe aplicarse siempre, se ha decidido que los tratamientos hormonales (es decir, el bloqueo de la pubertad y las hormonas cruzadas) no se iniciarán en pacientes con disforia de género menores de 16 años.
- En el caso de pacientes de entre 16 y 18 años, se ha decidido que el tratamiento solo podrá realizarse en el marco de los ensayos clínicos aprobados por la Autoridad de revisión ética de Suecia (EPM). El o la paciente debe recibir información exhaustiva sobre los posibles riesgos del tratamiento, y debe realizarse una cuidadosa evaluación de su nivel de madurez para determinar si es capaz de entender el tratamiento y dar su consentimiento.
- Estos cambios no afectan a la continuidad de la atención psicológica y psiquiátrica dentro de la división sueca de psiquiatría pública en la infancia y adolescencia (BUP) para pacientes menores de 18 años.
- Estos cambios entrarán en vigor el 1 de abril de 2021.
En cuanto a las personas que actualmente reciben terapia con bloqueadores de la pubertad u hormonas cruzadas, se realizará una cuidadosa evaluación individual para determinar si el tratamiento debe ser suspendido o continuado. Durante esta evaluación, es importante presentar información adecuada sobre la incertidumbre en cuanto a la evidencia sobre los efectos a largo plazo y los riesgos potenciales del tratamiento, con el fin de que los pacientes y sus tutores puedan tomar decisiones bien informadas sobre un posible tratamiento continuado. El grado de madurez y la capacidad de consentimiento de los pacientes jóvenes, así como otras indicaciones, deben tenerse en cuenta a la hora de tomar estas decisiones.
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