Una investigación de Policy Exchange en 300 escuelas de Reino Unido revela que cuatro de cada diez centros de secundaria aplican políticas de autoidentificación de género, sólo el 28% de los centros de secundaria informan a los padres tan pronto como un niño revela sentimientos de angustia de género y el 72% de los centros enseña que las personas tienen una identidad de género que puede ser diferente de su sexo biológico.

Con el título Dormidos al volante Un examen del género y la protección en las escuelas, la investigación revela que existe un punto ciego en materia de salvaguardia de los menores cuando se trata de la cuestión del sexo y el género. En muchos centros de secundaria, se descuidan sus responsabilidades y principios de protección en favor de una serie de creencias controvertidas, con el riesgo de poner en peligro el bienestar y la seguridad de niñas y niños

De este modo, las escuelas están comprometiendo tanto la ley como las orientaciones de salvaguardia de los menores. Muchas escuelas también hacen caso omiso de las orientaciones publicadas en materia de la enseñanza del currículo de Relaciones, Educación Sexual y Salud (RSHE), y los requisitos legales de permanecer políticamente imparciales.

Este informe se centra en el conflicto entre la aplicación de las creencias sobre la identidad de género en la escuela y la salvaguardia de los derechos humanos en los centros educativos y de los principios que se deben respetar.

Las organizaciones transactivistas

[Sin nombrarlas, el informe se refiere así a las organizaciones transactivistas:]  Alentadas por organismos externos, las escuelas han ido adoptando estas prácticas en un intento de hacer frente al creciente número de niños que presentan trastornos de género. En consecuencia, se incumplen las normas de protección, ya que los profesores facilitan la la transición social de los niños con la imposibilidad de saber si esto es en el interés superior del niño. Las escuelas suelen pasar por alto cómo la práctica afirmativa afecta a sus deberes de salvaguardia hacia otros niños, que se ven obligados a renunciar a sus propios derechos a espacios para un solo sexo como condición para seguir recibiendo educación.

Los organismos externos también tienen una influencia considerable en la incorporación de creencias sobre la identidad de género en el plan de estudios de la RSHE. Las escuelas enseñan creencias sobre la identidad de género como si fueran hechos, presentando a menudo la realidad inmutable y biológica del sexo como menos importante que los inefables sentimientos de una persona sobre sí misma. Muchos de los atributos asociados a los géneros se basan en estereotipos sexuales regresivos.

Existe la idea errónea de que esta práctica es hipotética o que sólo se da en un número aislado de centros de secundaria.

Este informe desmiente esa tesis. Tras una amplia investigación en la que Policy Exchange envió solicitudes de libertad de información (FOI) a una selección aleatoria de más de 300 escuelas secundarias y academias de Inglaterra, un porcentaje de escuelas hace caso omiso del protocolo básico de salvaguarda en relación con los niños con trastornos de género y sus compañeros:

  • Sólo el 28% de los centros de secundaria informan a los padres tan pronto como un niño revela sentimientos de angustia de género.
  • El 33% de los centros de secundaria no informan a la persona responsable de la protección de menores o a un médico cuando un niño o una niña revela sentimientos de angustia por razón de género.
  • Cuatro de cada diez centros de secundaria aplican políticas de autoidentificación de género.
  • Al menos el 28% de las escuelas de secundarias no mantienen aseos para un solo sexo y el 19% no dispone de vestuarios para un solo sexo.
  • El 60% de los centros de secundaria permite que los niños participen en deportes del sexo opuesto.
  • El 69% de los centros de secundaria exigen a otros niños que afirmen la nueva identidad de un niño con trastorno de género.

Con respecto a lo que enseñan los centros de secundaria en Educación sobre Relaciones, Sexo y Salud (RSHE):

  • El 72% de los centros enseña que las personas tienen una identidad de género que puede ser diferente de su sexo biológico
  • El 25% enseña que algunas personas o niños «pueden haber nacido en un cuerpo equivocado».
  • El 30% enseña a los alumnos que una persona que se autoidentifica como hombre o mujer debe ser tratada como tal en todas las circunstancias, aunque no corresponda a su sexo biológico.
Financiación para introducir creencias

La clave para entender por qué tantas escuelas están comprometiendo sus normas de salvaguardia en este tema requiere explorar el clima más amplio dentro del sistema educativo del Reino Unido sobre sexo y género.

En la última década organismos externos con objetivos partidistas (a veces abiertamente políticos) han recibido grandes cantidades de fondos del gobierno y han ganado influencia en el sector educativo

Esta influencia se ha utilizado para introducir en las escuelas creencias controvertidas sobre la identidad de género.

Estas organizaciones han animado a las escuelas, quizá sin saberlo, a comprometer los principios de salvaguardia y los derechos de otros alumnos bajo el pretexto de nobles objetivos como la igualdad, la lucha contra el acoso y la inclusión de las personas LGBT.

En el último año, la atención clínica a los niños con trastornos de género ha sido objeto de escrutinio. Un informe encargado por el NHS y publicado por la Dra. Hilary Cass encontró graves deficiencias en el Servicio de Desarrollo de Identidad de Género [ una clínica de salud responsable de la atención clínica a los niños con trastornos de género]. La Dra. Cass descubrió una falta de consenso clínico sobre la naturaleza de la práctica afirmativa como solución a los trastornos relacionados con el género.

Dado que este tratamiento clínico afirmativo es controvertido, resulta totalmente inapropiado que un gran número de escuelas adopten este enfoque afirmativo.

Para un número muy reducido de niños, la afirmación puede ser la medida adecuada después de que una amplia valoración clínica así lo haya determinado.

Sin embargo, el trastorno de género es un trastorno complejo que requiere criterio. Los profesores no tienen autoridad para hacer estos dictámenes,y la escuela no es el marco en el que pueden resolverse estas complejidades.

Los principios de salvaguardia protegen tanto a los niños como al personal que cuida. de ellos. En el seno de la sociedad, la escuela desempeña un papel indispensable en la vida de los niños: en permitirles aprender y en mantenerlos a salvo.

Las decisiones tomadas sin el consentimiento de los padres y del consenso democrático como resultado de ideas políticas controvertidas no deben interferir en este papel esencial.

Representación excesiva de las niñas

El número de menores remitidos al Servicio de Desarrollo de la Identidad de Género (GIDS) ha aumentado más de un 1600% desde 2010 y las tasas de derivación entre las niñas son mucho más altas, con un aumento del 3176% desde 20105.

Según los datos del GIDS publicados en 2018, el 35% de los niños derivados al servicio presentaban rasgos autistas de moderados a graves.

Los niños tutelados y adoptados representan unas derivaciones significativamente más altas que la media nacional (4,9 por ciento y 3,8 por ciento respectivamente, a pesar de constituir solo el 0,58% de la población).

En promedio, el número de derivaciones aumenta un 6% cada año.

Las niñas están enormemente sobrerrepresentadas en el número de derivaciones a la GIDS.

Los datos de la GIDS disponibles públicamente comienzan en 2010/11, cuando el número de derivaciones de chicos era mayor. Todos los años desde entonces, el número de remisiones de mujeres han superado sistemáticamente a las derivaciones masculinas, y en 2016, las cifras aumentaron drásticamente (un 118%)

Este patrón se refleja en el número de casos en distintos países, como Finlandia, Suecia y Nueva Zelanda.

En términos de rango de edad, antes de los 12 años el número de derivaciones se mantiene por debajo de 100, sin embargo, una vez que comienza la pubertad (normalmente a los 11 años) las derivaciones se aceleran drásticamente. Desde 2010, las niñas de entre 12 y 17 años han constituido el 86% de todas las derivaciones.

En 2021/22, este grupo de edad representa el 90% de todas las derivaciones .

La pubertad es un período vulnerable para los jóvenes, pero podría decirse que lo es más para las chicas, ya que la sexualización del cuerpo femenino está muy arraigada. Los cambios en la forma del cuerpo, el rechazo y dismorfia corporal en general es mucho más común en las niñas.

En 2018, la entonces ministra de Igualdad, Penny Mordaunt, ordenó una investigación sobre por qué una mayor proporción de niñas estaban experimentando angustia de género, pero la investigación nunca concluyó.

Informe completo
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